martes, 23 de agosto de 2011

Muerte (editando)

Inuyasha había perdido totalmente el juicio.
Se había dejado dominar por el demonio que llevaba en su interior, y olisqueaba la sangre que manaba de sus garras, mientras miraba con satisfacción la sangría que había a su alrededor.
Naraku había conseguido lo que quería, Inuyasha había respondido a su provocación y se había autodestruído, y no sólo por haberse jugado el alma, sinó por lo que había hecho a su alrededor.
Kagome, temblorosa, lloraba desesperanzada al ver en lo que se había convertido, y le llamaba a gritos para intentar despertarle, pero todo resultaba en vano ; Inuyasha aullaba, con el cuerpo encorvado y el vello erizado, relamiendo ocasionalmente sus garras empapadas.
Ella lloraba, sin querer ver los cuerpos de sus amigos, muertos, despedazados, con ojos en blanco y caras aterrorizadas clamando por su descanso.
A través de su mirada nublada, le miró, hipando,

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